Medicina cuerpo-mente

El amor en todas sus dimensiones: cuerpo, mente y alma PARTE I

No te creo nada, no creo en el amor

異体同心 

Itai doushin

“Dos cuerpos, mismo corazón”

Proverbio japonés

Más allá de las fake news creadas sobre el amor por películas de Hollywood, series románticas de Netflix, o alguna que otra historia de amor pasional adolescente, el amor es indudablemente un fenómeno complejo y multidimensional en la unidad cuerpo-mente y alma. El amor ha sido musa y prosa en múltiples historias en todo el mundo, y probablemente responsable del 80% de las canciones que escuchamos.

También existes falsas creencias sobre el amor presente en el inconsciente colectivo: el amor duele, el amor es renuncia y sacrificio de los propios intereses, el amor es encontrar a tu alma gemela (y la idea de que hay una única persona en la vida), el amor es encontrar la media mitad (y la idea que estamos incompletos y el otro nos completa), o el amor es dependencia emocional. Vaya distorsiones cognitivas y pequeños grandes monstruos que hemos creado colectiva. Seguramente cupido tengo algo que ver con esto. 

Justamente los griegos utilizaban cuatro palabras para definir lo que hoy conocemos culturalmente el amor moderno: eros, ágape, philia y storge. En sánscrito también existen varias palabras para expresar diferentes formas de percibir el amor: prema, bhakti, maitri, karuna, kama o metta. En japones, el amor se puede expresar como 好き (suki), 恋 (koi), 愛 (ai), 恋愛 (renai). La diversidad y amplitud del vocabulario de una lengua refleja y moldea la importancia social de las expresiones de afecto y apreciación a uno mismo y a otros.

La hipótesis de Sapir-Whorf dentro de la lingüistíca (rama de la ciencia que estudia la antropología y evolución del lenguaje) explica justamente que el lenguaje hablado moldea nuestra capacidad de percibir la realidad, construir los pensamientos e interpretar las experiencias. En otras palabras, la lengua determina el pensamiento y las categorías lingüísticas limitan y determinan las posteriores categorías cognitivas (clasificación inconsciente de las experiencias). Las categorías lingüísticas, ejemplo la diversidad de formas de expresar el amor, influyen en el pensamiento y la toma de decisiones.

La Dra. Lera Boroditsky, profesora de psicología cognitiva en Stanford University, lo explica en esta ted talk. ¡Vale la pena escucharla!

Volviendo a la antigua Grecia, Cupido es un icónico y sexy símbolo asociado al amor. La modernidad ha hecho usufructo de su imagen sin consultarle y ha creado una idea en favor de un amor romántico idealizado un tanto telenovelero. Lo que pocos saben es que Cupido, era el hijo de la diosa de la belleza y fertilidad (Venus)  y del dios de la guerra (Marte) – preparen los popcorn – y Cupido tenía dos flechas: 

La flecha de oro: la famosa flecha de oro simboliza el amor verdadero y duradero, esa que Cupido dispara y enamora instantáneamente. “Fue un flechazo”. 

La flecha de plomo: La flecha de plomo simboliza el desamor. ¡Aja! Si Cupido dispara esta flecha, la persona afectada puede sentir inmediatamente desinterés o falta de atracción hacia la persona que está presente en ese momento. Poco lenguaje tiene el opuesto del amor en una sola palabra, las lenguas latinas tienen el desamor. ¿Interesante no?

Les invito a una aventura sobre las capas y aspectos de nuestro cuerpo y psiquis que conforman el amor. En el camino, iremos descubriendo los diferentes aspectos en la que somos seres sintientes y capaces de experimentar emociones altamente complejas que las palabras no alcanzan.

¡Qué mamífero! El efecto del amor en cuerpo-mente y alma

“Amar es arriesgarse a ser vulnerable. Es confiar en que el amor propio y el amor hacia los demás pueden transformar vidas y sociedades”

Brene Brown

El amor genera múltiples efectos en el cuerpo, mente y alma. Esto hace que sea percibido de manera diferente por cada uno. Estas percepciones a su vez están profundamente condicionadas por creencias, sesgos neurobiológicos y la cultura en donde hemos nacido. 

Entonces, ¿qué es el amor? Pues vaya en lío me he metido escribiendo este blog, y al intentar definirlo, categorizarlo, nominarlo y estructurarlo en unas breves palabras estaría menoscavando las múltiples experiencias de todos y es mi deseo ser inclusivo a todas las posibilidades (dándole su bienvenida). Por eso, disclaimer, el amor es un fenómeno rico que va más allá de una única definición o categorización. Esta emoción primaria incluye elementos cognitivos, emocionales, conductuales y relacionales que interactúan entre sí. 

Suelo decir “¡qué mamífero”, cuando alguien expresar las necesidades de cariño y seguridad psicológica con palabras refuerzan en vínculo. Lo digo de manera divertida para recordarme y recordarnos de normalizar la expresión del amor y necesidad de afecto, algo que culturalmente mente hemos perdido en la modernidad.

¡Qué mamíferos de cada uno de nosotros por sentir amor en cualquiera de sus posibles formas y colores! Grandes autores como Dr. Carl Jung, Helen Fisher, John Bowlby, Robert Sternberg, Barbara Fredrickson y Emile Durkheim han dedicado horas para intentar definir esta maravillosa capacidad que es transversal en muchas especies y no solo a los que evolutivamente han desarrollado los cerebros más complejos cerebros: los homos sapiens sapiens. 

El amor tiene muchas capas neurobiológicas

“El amor es el puente que une a las personas y supera todas las diferencias. Es la clave para la verdadera paz y armonía”

Dalai Lama

Si bien algunas formas de amor pueden encontrarse en otras especias (particularmente en los mamíferos), el amor humano se caracteriza por ser social y culturalmente construida. Y aquí, ¡se complica la historia!

Desde una perspectiva neurobiológica, el amor tiene una explicación anatómica y fisiológica en redes neuronales específicas y una respuesta de cascada hormonal que están igualmente presentes en otras especies. La activación de dichas redes neuronales tiene un efecto en el cerebro global y en el cuerpo-mente de manera directo e indirecta vía mensajeros químicos consecuentes a la respuesta fisiológica. Uno de ellos la oxitocina. 

Para los nerds: el amor activa el sistema de recompensa del cerebro que incluye estructuras como el núcleo accumbens y la amígdala; estimula la corteza médica prefrontal vinculada en el procesamiento de información social y emocionalmente: activa el área tegmental ventral que incluye la sustancia negra y el área tegmental ventral del mesencéfalo, está asociada con la atracción física y la vinculación afectiva; conecta a múltiples áreas del cerebro con el hipotálamo, una estructura clave en la regulación de las emociones, las respuestas sexuales, etc.

La liberación de la hormona y neurotransmisor oxitocina se relaciona estrechamente con la experiencia del amor. Esta hormona tiene una peculiar importancia de moldear el cerebro durante los primeros años de nuestra vida en función de los apegos primarios y regulación emocional de los cuidadores.

Ten en cuenta que el cerebro es el único órgano inmaduro al crecer y que su desarrollo y maduración adecuada depende de, entre otros, el amor. Es decir, la percepción primaria inconsciente de bienestar, cariño y seguridad desempeña un papel crucial en la formación de vínculos emocionales, la intimidad y la confianza en la adultez. Un cerebro maduro saludable ha experimentado amor, lo que permite replicar la experiencia en los vínculos afectivos posteriores. 

La oxitocina es liberada ante la conexión emocional, la risa, como el contacto físico cercano y afectuoso, los abrazos prolongados, la sensación de ser escuchados activamente, la mirada suave y sostenida, el juego, la interacción social positiva y el placer sexual.

Estos estímulos pueden desencadenar la liberación de oxitocina en el cerebro, generando sensaciones de bienestar, calma y apego seguro (si han sido aprendidos adecuadamente en la infancia). Lo bueno es que mientras más de estos estímulos recibimos durante el día, más receptores para la oxitocina desarrollamos en el cuerpo y en el cerebro. 

La respuesta fisiológica es: la relajación muscular, la percepción subjetiva de calma y tranquilidad, la disminución del estrés, etc. Por eso, como siempre digo, más amor por favor. 

Si quieres aprender más sobre el amor, los condicionamientos sociales, el efecto de la digitalización en el amor moderno, el amor en el desarrollo del cerebro, tipos de amor, la relación con vínculos seguros y el amor en tribus nativas de Africa, te invito a leer la segunda parte de este blog “El amor en todas sus dimensiones: cuerpo, mente y alma PARTE II”

Para leer la segunda parte, completa el formulario de abajo y serás redirigido a la PARTE II del blog.

Espero que lo disfrutes tanto como lo he disfrutado en escribir 🙂

Por más amor, 

Por más comunidad expansiva

Dr. Gonzalo Santellán

Médico Cuerpo-Mente y Alma

Médico Especialista en Medicina del Deporte y la Salud

Coach Human Potential

Instructor de Yoga Jivamukti 

IDGs Oriented Health Professional

@gonzalodoctor

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Referencias

  • Hatfield, E., & Rapson, R. L. (2009). The social neuroscience of love. Social Neuroscience, 5(4), 410-418. doi: 10.1080/17470910902830737
  • Sternberg, R. J. (1986). A triangular theory of love. Psychological Review, 93(2), 119-135. doi: 10.1037/0033-295X.93.2.119
  • Aron, A., Fisher, H., Mashek, D. J., Strong, G., Li, H., & Brown, L. L. (2005). Reward, motivation, and emotion systems associated with early-stage intense romantic love. Journal of Neurophysiology, 94(1), 327-337. doi: 10.1152/jn.00838.2004
  • Reis, H. T., & Aron, A. (2008). Love: What is it, why does it matter, and how does it operate? Perspectives on Psychological Science, 3(1), 80-86. doi: 10.1111/j.1745-6916.2008.00062.x
  • Fisher, H. E., Aron, A., & Brown, L. L. (2006). Romantic love: A mammalian brain system for mate choice. Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences, 361(1476), 2173-2186. doi: 10.1098/rstb.2006.1938
  • Metz, T. (2007). Ubuntu as a Moral Theory and Human Rights in South Africa. African
  • Boroditsky, Lera. “How language shapes thought.” Scientific American 304.2 (2011): 62-65.
  • Gerhardt, S. (2004). Why Love Matters: How Affection Shapes a Baby’s Brain. Routledge.

¡Enhorabuena que te interesen estos temas!

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